En las estribaciones de Larva y Cabra del Santo Cristo, se encuentra uno de los viaductos más impresionantes de la red ferroviaria española. Se trata del puente metálico de Arroyo Salado, que forma parte de la línea ferroviaria Linares-Guadix, aún en funcionamiento. La construcción del puente data de 1899 y durante mucho tiempo supuso la obra metálica más importante construida en España. El puente, de 318 metros de longitud, es de una complejidad técnica inusual para la época y despertó gran interés internacional.
Durante muchos años ostentó el récord de luz (altura de la plataforma al suelo) en España, gracias a sus tres tramos de 105 metros de luz y también récord de altura, con 110 metros de caída sobre la parte más profunda del barranco por donde pasa el arroyo que le da nombre.
Este impresionante viaducto, inaugurado el 14 de marzo de 1899, fue realizado por la Compañía de los Caminos de Hierro del Sur de España, bajo la dirección de los ingenieros Basinsksi, Guerin y Shule, pertenecientes de la Escuela de Gustave Eiffel, siendo testigo de excepción el fotógrafo local Arturo Cerdá y Rico y su cámara fotográfica.
El tablero original de hierro se cambió en 1976 por otro de acero y se le acopló una estructura metálica superior para aumentar la seguridad del viaducto aunque conserva actualmente las pilas y estribos originales de sillería. De cualquier modo, esta construcción, la más puntera del país en su momento, sigue obnubilando al pasajero que viaja en tren o al caminante que se acerque por la zona por su belleza, vistas y singularidad del paisaje.