Una iniciativa de Hermes Comunicación
 

La gran historia de Carboneros

Francisco Navarro

Don Pablo Antonio de Olavide y Jauregui, superintendente ; eligió la zona de Sierra Morena (las actuales La Carolina, Carboneros, Guarromán, y otros diez municipios más) para situar una de de las nuevas poblaciones en España allá por el año 1767. Fue idea de Don Pablo de Olavide y otros cargos de la España del siglo XVIII el repoblar la zona de Sierra Morena para evitar los continuos robos que ocurrían en el Paso de Despeñaperros, sobre todo después de que la comarca quedara prácticamente vacía por la huida de los musulmanes concluida la batalla de las Navas de Tolosa en 1212.

Este superintendente, con la colaboración de Thürriegel (reclutador en Alemania), llevaron a cabo una magnífica campaña de propaganda en toda regla para “vender” la alegría y felicidad de España entre los teutones. Para llegar al corazón de los alemanes, emplearon expresiones como “puerto de la felicidad”, “caja de los tesoros”, o “tierra de las naranjas”, que llegaron a lo más profundo de 6.000 personas. En la contrata posterior para venir a España, se dice que los colonos deben de ser todos católicos, casados y con hijos.

En 1767 comenzaron a desembarcar cientos de alemanes en diferentes puertos de Andalucía y al finalizar el año 1768, Carboneros ya tenía 357 colonos, en su mayoría de procedencia germana, pero también de Francia, Suiza e incluso españolas. No obstante, muchos de estos nuevos pobladores son rechazados, ya fuera por carecer de actitudes para la agricultura, ser pintor o cirujano, por no ser católicos, e incluso por tener ciertos indicios de no venir con su legítima mujer, puesto que muchos de ellos eran protestantes y el casamiento no estaba estimado como válido.

Se les pagó el viaje desde su lugar de origen hasta Carboneros y, una vez en el pueblo, que entonces no existía como tal, se les facilitaba un lote de tierra, aperos de labranza, una casa con diferentes enseres y varios animales, como vacas, ovejas y gallinas. En 1771, la población de Carboneros era de 92 familias, 65 alemanas y 27 españolas, siendo el total de individuos de 366 personas.

En el fuero de las poblaciones, compuesto por 79 artículos, se disponían todos los derechos y las obligaciones de las Nuevas Poblaciones, así como los medios que se debían conceder a los colonos para su supervivencia, entre los que destacaban dinero para su manutención en los primeros años, los terrenos o suertes concedidos a cada familia, con casa, camas y demás enseres del hogar, trabajo en el monte para algunos años y exenciones de impuestos. Los lotes de terrenos se repartían por sorteo, explicándose en español y alemán. Después tenían que jurar fidelidad y obediencia al rey católico Carlos III y a sus sucesores, en alemán, puestos de rodillas y con la mano en la Biblia.

La llegada de tan importante número de personas de un país trajo consigo, además de la población de los terrenos, nuevas costumbres y gastronomía que, actualmente, se mantienen por los descendientes de aquellos colonos, aunque, por el contrario, no ha continuado el idioma alemán, abandonándose poco a poco conforme iban pasando generaciones. Entre las costumbres alemanas, una de las que más les chocaba a sus conciudadanos españoles era que las mujeres alemanas trabajaban en el campo igual que el hombre, algo sorprendente en una época en la que en España la mujer no pisaba el campo para nada, siendo solo el hombre el que hacía las faenas agrícolas. Otra de las costumbres típicas de Centroeuropa, y que se mantiene actualmente, es la de los huevos pintados que se regalan en Semana Santa, así como recetas típicas alemanas, sobre todo de deliciosos dulces.

Hoy en día, todavía sorprende que, acostumbrados a apellidos como García o Martínez, pasees por Carboneros y otros municipios próximos y te encuentres en sus calles personas con apellidos como Grauss, Schleier, Schmid, Neff, Avi o Berger, entre otros alemanes, pero españoles de pleno derecho y nacimiento y, además, de la provincia de Jaén.

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“Orgullosos de Jaén” es una iniciativa puesta en marcha por Hermes Comunicación, una consultora de comunicación puesta en marcha e integrada por profesionales de la Comunicación jiennenses que pretende fomentar la autoestima de los habitantes de la provincia.

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