El hecho de que la provincia de Jaén sea el territorio europeo que posee una mayor cantidad de castillos y fortalezas hace que también atesore un elevado número de estructuras defensivas medievales. Numerosos pueblos y ciudades conservan una parte importante de sus murallas medievales, así como las puertas y torreones que formaban parte del sistema de defensa.
Baeza
Baeza conserva parte de los lienzos de la muralla medieval, aunque sufrió la destrucción parcial ordenada por Isabel la Católica en 1477 para evitar enfrentamientos nobiliarios. Destacan la torre de Alitares, un antiguo torreón del muro defensivo árabe, las puertas de Úbeda, de Jaén, el arco de Villalar o el torreón y puerta del Barbudo. Es imprescindible realizar el paseo de las Murallas, que rodea el casco antiguo y permite conocer los restos del recinto amurallado a la vez que se contempla una increíble vista de Sierra Mágina.
Úbeda
Úbeda cuenta con uno de los recintos amurallados más completos que se han conservado en la provincia de Jaén, ya que aún se mantienen varias torres defensivas, como la torre de las Arcas o la torre del reloj, y varias puertas, entre las que destacan la puerta del Losal, la Puerta de Granada y la Puerta del Losal. Además, el visitante puede contemplar largos lienzos de muralla en la parte sur de la ciudad, justo por encima de la actual Ronda de Miradores.
Sabiote
El recinto amurallado urbano de Sabiote permanece casi entero, aunque en algunos tramos se encuentren viviendas adosadas. Uno de los lienzos que mejor se conserva es el que acaba en el Arco de los Santos, arco de medio punto sobre el que se levanta un lienzo de mampostería, rematado por merlones muy bien conservados. Su importancia hace que el recinto amurallado esté catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).
Jaén
Las murallas de la ciudad de Jaén fueron levantadas en época romana, y transformadas y ampliadas por musulmanes y cristianos. La muralla medieval, de la que hoy se conservan algunos fragmentos, bajaba desde el castillo y protegía toda la ciudad. Hoy puede visitarse el tramo de muralla que desciende desde el cerro de Santa Catalina, así como la Puerta del Ángel o los torreones de los Condes de Torralba o el que se encuentra junto al Teatro Infanta Leonor.
Alcalá la Real
La antigua ciudad de Alcalá la Real contaba con un sistema complejo de murallas, con tres líneas que la rodeaban, partiendo desde la parte alta del cerro, en el entorno de la alcazaba, hasta alcanzar el perímetro del arrabal viejo, en la ladera sureste del cerro. En la actualidad, el recinto de La Mota supone uno de los recintos amurallados más grandes de Andalucía, que aún conserva tres de las antiguas siete puertas del recinto (la de las Lanzas, la de la Imagen y la del Peso de la Harina).
Iznatoraf
La muralla de Iznatoraf está construida en mampostería de origen árabe y se conserva buena parte de su traza, incluidas la mayoría de las ocho puertas del recinto amurallado. Eran once los fortines o torreones que defendían Iznatoraf y nueve las puertas que internamente controlaban los accesos de la villa medieval. Se conservan muchas de las puertas de la muralla, como la Puerta del Arrabal, principal punto de acceso del antiguo castillo y da acceso al centro de la villa. La Puerta de la Virgen del Postigo, más atrayente y sugestiva, está construida en sillería, mampostería y ladrillo, correspondiéndose con modelos musulmanes. Además, aún se conservan varios lienzos de muralla en los paseos del Solano, de las Torres y de la Cava.
Muralla urbana de Beas de Segura
La villa vieja de Beas atesora numerosos restos de lo que fue la importante muralla de la ciudad, construida en época musulmana y reforzada posteriormente. Recientemente se ha descubierto parte de la muralla andalusí de la localidad, construida en tapial entre los siglos XI y XII.
Muralla ciclópea de Ibros
La fecha de su construcción se estima entre los siglos II-I a.C y constituye uno de los ejemplos más antiguos de fortificación en la provincia de Jaén. Se conservan dos lienzos de muralla dispuestos de forma transversal formando un ángulo de 90 grados. La anchura de la muralla oscila entre los dos y los seis metros, mientras que su longitud llega a alcanzar cerca de quince metros en uno de sus lados. La altura oscila entre tres y cuatro metros.
Muralla ciclópea de Torredelcampo
El cerro Miguelico, a las afueras del casco urbano, fue el asentamiento de un oppidum ibérico del que nos quedado su fuerte muralla ciclópea, posiblemente del siglo I después de Cristo. Se conservan unos 20 metros de muralla, que alcanzan hasta seis metros de altura.