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María Castellano Arroyo, la primera mujer catedrática de Medicina de España

Sábado por la mañana en Jaén. Pasado el mediodía luce un sol de justicia en la capital y las calles del centro presentan ese bullicio entremezclado de tiendas y bares. En Orgullosos de Jaén tenemos una importante entrevista con una mujer más importante aún, que inaugura la serie ‘Mujeres de Jaén’. Nada ha quedado al azar y la cita es en un restaurante que gusta mucho al equipo de trabajo: buena ubicación, buen servicio, buena cocina… Mangasverdes se convierte así en el escenario elegido para conocer y profundizar un poco en la primera mujer en muchas cosas, más de las que esperábamos.

María Castellano Arroyo (Jaén, 1948) es la primera catedrática de Medina de España. La jiennense, con la que arranca esta sección, fue además pionera en asuntos de tanta relevancia como el tratamiento de la violencia hacia la mujer o los estudios para las conocidas como “pruebas de paternidad”, cuando aún en España estaban prohibidas. Fue pionera en asuntos relacionados con la psiquiatría forense o con el derecho sanitario. En los 80 ya hablaba de humanización en la sanidad, un concepto en el que, aún en nuestros días, se sigue trabajando. Y, entre otras cosas, fue también la segunda académica en la Academia de Medicina, donde continúa como miembro, al igual que en la Organización Médica Colegial, a cuya Comisión Deontológica pertenece. Hoy sigue siendo un referente en todo lo relacionado con la violencia de género y con los estudios sobre el maltrato y el maltratador.

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Conforme va avanzando la conversación más sorprendidos y entusiasmados nos sentimos. La doctora Castellano narra su realidad con la máxima naturalidad, pero para quién la escucha, su discurso está plagado de noticias, arroja titulares. Con sencillez cuenta sus orígenes, que fueron humildes, en una cortijada a cinco kilómetros de Las Infantas, próxima al Castillo de Fuentetetar, un asentamiento romano. Allí pasó los primeros años de su vida, junto a sus padres y hermanos, y un puñado de familias más. En total eran unos 16 o 17 niños, los mismos que recibían las enseñanzas más básicas de un maestro rural. La niña de los Castellano Arroyo despuntaba desde muy pequeña y al poco tiempo fue enviada a Jaén, con su abuela, para que tuviera más fácil el acceso a la formación. Pasaron pocos años y la joven le dijo a su padre que quería ser médico. “Quizá influenciada por lo que había visto en mi casa, ya que a mi padre le gustaba y se le daba bien el cuidado de los animales, pero también de la salud de las personas”, afirma la doctora.

Granada fue su siguiente destino. Atrás quedaron los paseos con su abuela desde Los Jardinillos, donde residían, a San Ildefonso. Se enfrentaba a una nueva vida. Luchaba por un sueño. Con la ayuda de la Orden de San Juan de Dios, a la que dispensa un enorme cariño, pudo alojarse y estudiar la carrera de Medicina. Allí conoció al que después fue su marido, varios años mayor que ella, y el que se convertiría en un prestigioso médico psiquiatra. “Mi marido sí tenía claro su camino hacia la cátedra y fue él el que me animó a ser catedrática”, manifiesta.

Corría el año 72 cuando se licenció en Medicina y Cirugía en la Universidad de Granada. En el 77 se doctoró y en el 78 fue nombrada profesora adjunta de medicina legal. Ese mismo año, y embarazada ya de su tercer hijo, la familia se trasladó a Bélgica donde amplió sus estudios en el Instituto de Medicina Legal de Liege. Volvió a España siendo la profesional que más conocía todo lo relacionado con los marcadores genéticos que se aplican a la paternidad. En Granada puso en marcha el primer laboratorio al respecto.

Llegó 1980 y con él su marcha a Zaragoza. En este año se convirtió en la primera mujer catedrática de una Facultad de Medicina española. Ese mismo año fue nombrada jefa del Servicio de Medicina Legal y Toxicología del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, de Zaragoza, hasta 1996. Tras 17 años en la capital maña volvió a Granada, con una carrera y un prestigio imparables.

Desde finales de los 40, en una cortijada junto a Las Infantas, hasta la actualidad, hay una vida llena de vidas, de crecimiento personal y profesional y, muy importante, de aportaciones de una enorme relevancia y trascendencia al avance de nuestra sociedad.

María Castellano Arroyo dice con humildad que ella es fruto de un cambio histórico: “Pasé de la prehistoria a la historia”, afirma. Ahora ya en la modernidad esta mujer de Jaén supone un orgullo para su tierra. Un ejemplo de esfuerzo y sacrificio del que poder presumir los jiennenses. La doctora fue y es una mujer pionera en muchos ámbitos, pero sobre todo ha sido y es una mujer trabajadora y valiente.

Más sobre María Castellano Arroyo:

Catedrática de Medicina Legal, Toxicología y Psiquiatría de la Universidad de Granada ha sido presidenta de la Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina del Trabajo y la primera mujer catedrática en facultades de Medicina de España. Académica Honoraria de la Real Academia de Medicina de Zaragoza, en 1982 recibió la Cruz Distinguida de Primera Clase de San Raimundo de Peñafort del Ministerio de Justicia y en 1990 la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco del Ministerio del Interior. Ha publicado más de 200 artículos en revistas nacionales e internacionales y presentado más de 250 comunicaciones a Congresos.

Su currículum:

http://www.ranm.es/academicos/academicos-de-numero/1543-excma-sra-do-maria-castellano-arroyo.html

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“Orgullosos de Jaén” es una iniciativa puesta en marcha por Hermes Comunicación, una consultora de comunicación puesta en marcha e integrada por profesionales de la Comunicación jiennenses que pretende fomentar la autoestima de los habitantes de la provincia.

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