Reinventarse para dar uso a los recursos propios y ampliar la oferta turística. Esta es en resumen la esencia de la iniciativa que surgió en Hornos de Segura con la puesta en marcha del “Cosmolarium”, un centro en el que se mezcla ciencia e historia y con el que se amplía la oferta turística, para que los visitantes tengan la oportunidad de conocer muy didácticamente nuestro “cosmos”. Este centro de interpretación de los astros se sitúa en el recinto del antiguo Castillo de Hornos, ahora rehabilitado. La construcción de esta fortaleza, levantada en su mayor parte entre los siglos XII y XIV, corona el casco urbano y supone una atalaya incomparable para otear la sierra, en general y el pantano del Tranco, en particular.
La idea surge del director de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, Manuel Toharia, referente en la divulgación científica a nivel nacional, que supo ver las enormes posibilidades que encerraba el recinto, bastante deteriorado hace unos años. Desde el municipio recogen la propuesta, hasta, unos años más tarde, hacerla realidad. En la actualidad, este centro o museo astronómico, que permite la posibilidad de conocer el cosmos, es uno de los mayores reclamos de la comarca de Segura. No en vano, su ubicación, a 870 metros sobre el nivel del mar, la limpidez de su cielo, la escasa densidad de población y la poca contaminación lumínica, hacen del Castillo de Hornos una localización ideal para el “Cosmolarium”.
Este edificio, permite, desde el sótano, acceder a un planetario, un Centro de Interpretación de astronomía y, en la terraza, descubrir la grandeza del cielo en la noche desde unos telescopios que acercan al cielo a los viajeros que hasta este Castillo se acercan.
Hornos de Segura se reinventa, ofrece su historia, simbolizada en el Castillo (que formó parte de la red defensiva que gobernó desde la torre del homenaje Rodrigo Manrique, padre del poeta, Jorge Manrique); también en la iglesia renacentista de la Asunción y la Puerta de la Villa; o su oferta de naturaleza y paisaje, representada en el incomparable Mirador del Aguilón, sobre la cola del Pantano del Tranco y la sierra, y la puerta al futuro, que ya es presente, con esta iniciativa: el “Cosmolarium”.