Investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV) y la Universidade Estadual Paulista (UNESP) de Brasil han desarrollado un nuevo tipo de cemento creado a partir de ceniza de hueso de aceitunas y escoria procedente de altos hornos.
Se trata del primer cemento fabricado en el mundo en el que todos los materiales que lo integran son residuos, lo que lo convierte en una alternativa mucho más sostenible con respecto a los que, en la actualidad, se utilizan en el sector de la construcción. El trabajo de los investigadores españoles y brasileños ha sido publicado en la revista Materials Letters.
Jordi Payá, investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología del Hormigón (ICITECH-UPV), afirma que «este nuevo cemento destaca, especialmente, por su baja huella de carbono. Su impacto, en términos de efecto invernadero, es muy inferior si se compara con los cementos utilizados actualmente. Además, este trabajo abre una nueva vía de negocio para el aprovechamiento y valorización energética de una biomasa, como es el caso de los huesos de aceituna, así como de los residuos de los altos hornos».
Su proceso de fabricación es muy sencillo. «Se muelen tanto el residuo de la combustión de los huesos de oliva como la escoria, se establece la dosis adecuada de uno y otro, y se mezcla todo con agua», explica Jordi Payá. En las pruebas realizadas hasta el momento, el cemento contenía aproximadamente un 20% de ceniza de hueso de oliva y un 80% de residuos de escoria.
Especialmente útil para prefabricados
El cemento de activación alcalina fabricado por los investigadores de la UPV y la UNESP presenta muy buenas prestaciones mecánicas. No en vano, permite obtener resistencias suficientemente elevadas para su aplicación en construcción (alrededor de 300kg/cm2 a compresión), especialmente en prefabricados.
Asímismo, entre sus novedades, los investigadores resaltan la sustitución del reactivo químico de síntesis -de precio elevado y con una significativa huella de carbono-, necesario en otros cementos de activación alcalina investigados anteriormente, por la ceniza de hueso de oliva. Además, la fabricación de estos cementos no requiere de altas temperaturas, como sí ocurre con el portland, para el que se necesitan más de 1400°C.