La ciudad de Jaén tiene el privilegio de poseer los baños árabes más extensos de Europa, uno de los legados más importantes de la presencia musulmana durante siglos en la Península Ibérica. Los Baños Árabes de Jaén, construidos en el siglo XI, tienen una extensión de 450 metros cuadrados y actualmente se encuentran en los sótanos del Palacio de Villardompardo, construido encima en el siglo XVI.
El espacio que se puede visitar actualmente está compuesto por cuatro salas: vestíbulo, sala fría, sala caliente y sala templada. El vestíbulo de ingreso es una sala transversal de 14 por 3,80 metros y, a continuación se hallan la sala fría, de un tamaño un poco inferior, y la sala templada. El espacio principal es la sala caliente (15,9 por 3,3 metros), situada junto a las calderas donde se calentaba el agua. Sus muros están recorridos por chimeneas ocultas por las que circulaba el aire caliente. Bajo su suelo de piedra, toda la estancia está hueca: numerosos pequeños pilares de ladrillo lo soportan, permitiendo que circule el aire caliente que, por su tendencia natural, sube y se adhiere al suelo, calentándolo.
A juzgar por los restos de decoración almohade que se conservan en algunas de sus salas, los Baños Árabes debieron de ser restaurados hacia finales del siglo XII. Tras la conquista de la ciudad en 1246 por Fernando III, su uso continuó durante los primeros años de dominio cristiano. Será entre los siglos XIV y XV cuando desaparezca su función como baño al establecer los cristianos en sus salas unas tenerías. A finales del Siglo XVI, Fernando de Torres y Portugal, Conde de Villardompardo y Virrey del Perú, edificó su palacio sobre los Baños, quedando parte de ellos ocultos entre los cimientos y sótanos.
A principios del siglo XX, el Palacio pasa a formar parte del patrimonio inmobiliario de la Diputación Provincial de Jaén. En 1913, durante la inspección de la fábrica del Palacio de Villardompardo con motivo de la realización del Catálogo Monumental de Jaén, fue descubierta una pequeña parte de los Baños por Enrique Romero de Torres. Apenas cuatro años más tarde, fueron visitados por Manuel Gómez Moreno, catedrático de Arqueología, quien consiguió que el inmueble fuera declarado Monumento Nacional en 1931.
En 1936 comenzaron las obras de restauración bajo la dirección de Leopoldo Torres Balbás y su compañero, el arquitecto jiennense Luis Berges Martínez. No obstante, estas obras se verían interrumpidas por el comienzo de la Guerra Civil.
En 1970, la Dirección General de Bellas Artes encarga el primer proyecto de restauración de los Baños al arquitecto Luis Berges Roldán, hijo del anterior. A este proyecto inicial se suceden otro seis más en años sucesivos. Gracias a los trabajos fueron descubiertas la mayor parte de las Salas que hoy pueden contemplarse. Finalizada las obras en 1984, la Asociación Europa Nostra otorgó la Medalla de Honor de ese año a la restauración de los Baños Árabes.
En la actualidad, los Baños Árabes son el núcleo central de un gran centro cultural que contiene sala de exposiciones, un patio para actividades culturales y dos museos: uno dedicado al Arte Naïf y otro sobre Artes y Costumbres Populares. Como curiosidad, el buen estado de conservación de este espacio histórico ha hecho que sea elegido para el rodaje de películas de época, como “La conjura de El Escorial”.