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Patricia Porcel, una aventurera quesadeña en tierras asiáticas

Mariló Lara

9 meses. 7 países. Sudeste Asiático. Parece sencillo resumir en pocas palabras la experiencia de Patricia Porcel Valiente, una joven quesadeña, que, valiente – como su apellido – hace casi un año decidió dejarlo todo en la ciudad donde vivía, Barcelona, para colgarse la mochila y recorrer Asia. Orgullosos de Jaén ha acompañado en su periplo a esta intrépida quesadeña cuyo lema es “No sueñes tu vida, vive tus sueños”.

– ¿Cuál ha sido tu motivación para emprender esta aventura? ¿No te ha dado miedo realizarla sola?

Romper con la rutina, ser libre, conocer gente nueva y conocerme un poco más a mí misma, descubrir nuevos lugares y vivir nuevas experiencias. Para nada me ha dado miedo viajar sola. Ya lo había hecho antes, y siempre me he sentido muy segura: en el Sudeste Asiático hay otros muchísimos mochileros y gente viajando sola. Por supuesto, hay que andarse con ojo, pero como en cualquier otro lugar del mundo. En general, los asiáticos son muy simpáticos, amables y respetuosos con el turista, y lo peor que te puede pasar es que intenten timarte un poquito por ejemplo a la hora de regatear, pero eso es todo. Por otro lado, cuando viajas solo, te pasan cosas que viajando con alguien nunca te sucederían: estás más receptivo a conocer gente y la gente también está más receptiva contigo, puedes decidir en cada momento qué te apetece hacer o dónde quieres ir, sin depender de nadie: puedes crear tu propia experiencia 100% a tu medida.

Hong KongSkyline de Honk Kong (China)

– ¿Cómo surgió la idea? ¿Qué te motivó a dejar tu trabajo, tu ciudad y dedicarte a viajar?

La idea de viajar por el mundo durante unos cuantos meses ya me venía rondando la cabeza desde hacía bastante tiempo, pero no es una decisión fácil. Parece que no es lo que se supone que debemos hacer. Se supone que cuando terminas de estudiar tienes que empezar a trabajar, y ya tendrás tiempo (¿algún día?) de hacer lo que te gusta. Yo decidí no seguir pensando en ¿qué pasará cuando vuelva?, ¿y si luego no encuentro trabajo? Y centrarme más en el presente. Ahora me apetecía cumplir mi sueño, cambiar de aires y darle un rumbo distinto a mi vida. Y sobre todo, no quedarme con la espina de no haberlo hecho, y después lamentarme.

– ¿De dónde te viene la afición a viajar?

Siempre me ha encantado viajar. Es lo que más me gusta hacer. De pequeña solía veranear con mis padres por toda la costa española, cuando estaba en la Universidad empecé a conocer Europa, y desde entonces siempre que tenía oportunidad, hacía una escapada. Estuve viviendo en el Reino Unido y en Italia, y mi interés por viajar era cada vez mayor. Cuando ya tuve un trabajo, mis vacaciones empezaron a centrarse en el Sudeste Asiático.

Boda laosiana, Luang Prabang Muralla China

Boda laosiana, Luang Prabang (Laos)                                 Muralla China

– ¿Por qué el sudeste asiático?

Estoy enamorada de Asia. El primer país que visité fue Tailandia, y desde entonces no he dejado de ir por allá. En este viaje visité 9 países durante 7 meses, algunos de ellos incluso por segunda y tercera vez: Filipinas, China, Malasia, Indonesia, Singapur, Camboya, Laos, Tailandia y Myanmar. Me encanta Asia, y este viaje se ha centrado en el sudeste, porque es un destino que ofrece un tipo de viaje muy completo y variado, y muy diferente a lo que estamos acostumbrados en Occidente. Su cultura, su forma de vida, los paisajes, la comida… Todo es otro mundo. Puedes visitar templos impresionantes, ir de trekking por la selva, conocer tribus autóctonas, hacer actividades de aventura, descubrir islas y playas paradisíacas, visitar grandes ciudades, etc.

– ¿Qué experiencias o curiosidades te han llamado más la atención?

Todo el viaje en sí ha sido una experiencia inolvidable para mí. Me ha encantando sobre todo el hecho de sentirme libre, levantarme por la mañana y no saber qué me podía deparar ese día. Cada día ha sido una nueva aventura, sin horarios, sin esquemas, sin obligaciones.

Templos de Bagan, Myanmar II Playa de las Cabañas, El Nido, Filipinas

   Templos de Bagan (Myanmar)                       Playa de las Cabañas, El Nido (Filipinas)

– ¿Cuál ha sido tu anécdota más divertida?

He tenido muchas, pero quizá cada vez que tenía que ir a un baño público en China se convertía en una aventura, ya que la limpieza brillaba por su ausencia, nunca había papel higiénico y el WC, a diferencia del europeo, estaba a ras de suelo, y en algunas ocasiones ni siquiera era un WC sino un agujero. En general, viajar en transporte local también es muy curioso: ir de pie entre miles de personas, apretujadas unas contra otras, sin saber si bajarías o no en la parada correcta, mientras todos te miran curiosos y te sonríen.

– ¿Difiere mucho la gastronomía, gentes, cultura de los países visitados y España?

Sí, todo es muy diferente. Recuerdo que cuando viajaba a Asia las primeras veces, todo, absolutamente todo me sorprendía. Pero después de tanto tiempo conociendo aquellos países, ya me parecía normal, y yo me sentía como una más, sentía que vivía allí, no que estaba de visita. Con la comida, por ejemplo, hay momentos en los que echas mucho de menos comer un buen potaje o una tortilla de patatas, pero llegó un punto en que me acostumbré tanto a la comida de allí, cuya base principalmente son el arroz y los fideos, que el cuerpo ya solo me pedía comer eso.

Li River, Yangshuo, China Angkor Wat, Camboya

   Li River, Yangshuo (China)                          Angkor Wat (Camboya)

– ¿Qué has echado de menos de tu tierra en Asia?

La verdad es que me adapté muy bien a todo: clima, ritmo y estilo de vida, comida, costumbres, cultura etc., así que no eché muchas cosas de menos. Además, yo estaba centrada en disfrutar y vivir esta experiencia al máximo, ya que iba a ser temporal y única en mi vida. Siempre hay tiempo a la vuelta de volver a tener lo que uno está acostumbrado a tener en su país. Aunque, bueno, a una buena tostada con aceite o un bocata de jamón nunca les hubiera dicho que no.

– ¿Cuál ha sido el país que más te ha sorprendido? ¿Alguna ciudad que quieras destacar?

El país que más me ha sorprendido ha sido China, precisamente porque ha sido lo más diferente que he visto y vivido durante mi viaje. Allí nadie habla inglés, a diferencia de otros países de la zona, pero tampoco se esfuerzan mucho en entenderte o hacerse entender. Bueno, un poco como los españoles en ese sentido. Para mí fue esencial aprender unas cuantas palabras en chino y el nombre de algunos platos, ya que de lo contrario, muchas veces no hubiera sabido qué estaba comiendo, o me hubiera subido al tren equivocado. También era toda una aventura ir a visitar algún monumento o lugar de interés, donde daba igual el día de la semana o la hora que fuera, siempre estaba lleno de millones de chinos gritones y que empujaban a todo el mundo para sacar la mejor foto de… cualquier cosa. Divertidísimo era también hacer cola en un puesto para comprar un refresco y que me despistara un momento mirando algo y que de repente tuviera 20 chinos más delante de mí. Myanmar también me ha encantado. Es un país que no lleva demasiados años abierto al turismo, y que por tanto aún le queda bastante para equipararse por ejemplo a Tailandia en ese sentido.

Myanmar Lago Inle, Myanmar

               Myanmar                                 Lago Inle (Myanmar)

– ¿Qué monumento o monumentos destacaríais por su belleza e impresión?

La Gran Muralla China, sin duda. Fui a visitar una parte de la muralla que no está reconstruida y donde no suele haber turistas, y además fui con una chica local de Pekín. Fue impresionante subir montaña arriba a pie durante casi 3 horas, llovía y había bastante niebla, pero nunca olvidaré la sensación que tuve cuando estuve sobre la muralla, sin palabras.

– ¿Destacarías a algún pueblo por su hospitalidad y amabilidad?

Se dice que Tailandia es el país de las sonrisas, y es cierto que sus gentes son muy amables y hospitalarias. Pero después de haber visitado todos sus países, me quedo con los birmanos. Puede ser porque aún no están tan acostumbrados al turismo y a vivir de ello, pero son personas realmente amables y bondadosas, siempre se dirigen a ti con una sonrisa y se preocupan mucho por ayudarte.

– ¿Con qué momento de tu viaje te quedas? ¿Qué has aprendido durante este viaje?

Cada momento cuenta. De Filipinas me quedo con sus preciosas playas, de China con la comida y con que hacer cualquier cosa supusiera toda una aventura, de Malasia con su mezcla de religiones y culturas (y con la naturaleza de Borneo), de Indonesia con la espiritualidad de Bali y el ambiente tan alegre y colorido que se respira, de Singapur con sus imponentes rascacielos y su modernidad, de Camboya con los impresionantes templos de Angkor Wat, de Laos con sus verdes y exuberantes paisajes de arrozales, de Tailandia… es la tercera vez que lo visito, es especial para mí, y de Myanmar, con la autenticidad y lo poco desarrollado que aún está. Viajando he aprendido a perder el miedo.

Bali Chocolate hills, Bohol, Filipinas

                   Bali                                   Chocolate Hills Bohol (Filipinas)

– ¿Te ha cambiado de algún modo esta aventura?

Viajando por el mundo pierdes el miedo a la incertidumbre, es más, aprendes a convivir con ella ya que pasa a formar parte de tu día a día. He aprendido a vivir con menos. Cuando viajas, lo que cabe en tu mochila es todo y cuanto tienes. Y ya que tienes que cargarla cada día, te lo piensas muchísimo antes de meter algo que realmente no vas a necesitar. Este viaje también me ha ayudado a abrir mi mente mucho más. Soy una persona curiosa, y me gusta conocer lo desconocido. Si abres tu mente, te vuelves mucho más empático y puedes entender y respetar otros puntos de vista, otras realidades, otras formas de vivir. Y cómo no también he aprendido a desenvolverme en todo tipo de situaciones yo sola y por mí misma.

– ¿Adonde te llevarán tus próximos viajes?

En mis próximos viajes cambiaré un poco de rumbo. Ahora me encantaría conocer Sudamérica.

– Recomendaciones a los jiennenses que estén pensado en hacer un viaje a Asia.

Armarse de paciencia y aprender a regatear (e incluso que te llegue a gustar), pero sobre todo dejarse llevar y disfrutar. Como ya he comentado antes, Asia es muy diferente a Europa, y hay que aprender a adaptarse para poder vivir una experiencia mucho más enriquecedora. Si solo tenemos un par de semanas es cierto que tendemos a organizarlo todo previamente para poder ver el mayor número de lugares posible y, para qué engañarnos, porque de alguna forma eso nos reconforta. Pero Asia, y sobre todo los países del sudeste, son muy turísticos y están muy preparados para el turismo. Es decir, es muy fácil moverse, encontrar alojamiento o reservar una excursión una vez allí, por lo que no hay preocuparse tanto de organizar. Es más, en mi opinión, es mejor dejar un poco más de espacio a la aventura para poder tener una experiencia mucho más divertida.

Cameron Highlands, Malasia Gran Buda, Lantau island, Hong Kong

       Cameron Highlands (Malasia)          Gran Buda,Lantau Island (Hong-Kong)
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“Orgullosos de Jaén” es una iniciativa puesta en marcha por Hermes Comunicación, una consultora de comunicación puesta en marcha e integrada por profesionales de la Comunicación jiennenses que pretende fomentar la autoestima de los habitantes de la provincia.

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