El jiennense Antonio Bueno Villar, catedrático de la Universidad de Granada, ha protagonizado uno de los grandes hitos científicos de los últimos años, sacando a la ciencia española más allá del ámbito de nuestra galaxia. Según la prestigiosa revisa Physics World, considerada como la mejor considerada del mundo en este ámbito de la ciencia, este investigador y profesor tosiriano ha formado parte de un relevante descubrimiento, calificado entre los diez más destacados de 2017. El Observatorio Pierre Auger (situado en Malargüe, Mendoza, Argentina), del cual fue codirector hasta finales de 2017, ha demostrado que los rayos cósmicos de energías ultra altas proceden de más allá de la Vía Láctea.
El profesor Bueno Villar dirige el equipo de la Universidad granadina que ha formado parte de esta investigación multinacional. El estudio ha sido publicado por la revista Science. En ella, 400 científicos de 18 países han conseguido demostrar que los rayos cósmicos, que tienen una energía un millón de veces mayor que los protones acelerados en el acelerador de partículas de Ginebra, son de origen extragaláctico, es decir, proceden de más allá de la Vía Láctea.
Conocidos desde la década de los sesenta del pasado siglo, no se sabía exactamente su origen, ya que la dificultad para detectarlos es extrema, debido a su pequeña probabilidad de llegar a la Tierra, y esta investigación desarrollada durante doce años ha conseguido arrojar luz sobre su procedencia, utilizando los mil seiscientos detectores de superficie del observatorio, desplegados sobre tres mil kilómetros cuadrados.
Karl-Heinz Kampert, director del Observatorio durante la fecha de realización de este trabajo, afirma en una nota de prensa que “ahora estamos considerablemente más cerca de resolver el misterio de dónde y cuándo se crean estas partículas de energía extraordinarias”. Y añade: “Nuestras observaciones representan una evidencia contundente de que los lugares en que se aceleran están más allá de la Vía Láctea”.
El profesor Bueno Villar está desempeñando un importante papel en esta investigación en la que participan 18 países, ya que ha sido durante cuatro años subdirector del Observatorio Pierre Auger.
En su trayectoria académica y docente debe destacarse su temprana vocación científica y su inclinación por la Física,cuya licenciatura cursó en la Universidad en la que es catedrático. Posteriormente cursó el doctorado en Valencia y, como lo que parecía una consecuencia lógica, investigó en el CERN en Ginebra y dio clases en la Universidad Politécnica de Zúrich. A estas alturas ya se había especializado en la física de partículas para, como él ha declarado, empezar a buscar su comprensión del universo a partir de lo más pequeño. A continuación recaló en Granada, donde actualmente, y como catedrático en el departamento de Física Teórica y del Cosmos, ejerce su doble vocación docente e investigadora, desarrollando una amplia carrera internacional.