No todos los niños y las niñas tienen la suerte de nacer en una familia que les pueda prestar las atenciones que necesitan. Cuando se da la circunstancia extrema de tener que separar a una niña o a un niño de su familia, la tutela la asume la Junta de Andalucía, pero su guarda la delega en una familia acogedora o en un centro de protección. Lo ideal para los menores, tanto los más pequeños, donde la ley lo exige, como para los mayores, es vivir en el seno de una familia en la que tengan la oportunidad de crecer en un entorno estable en el que sanar sus heridas. Por eso es esencial que existan familias de acogimiento dispuestas a acoger de manera urgente, temporal o permanente a niñas y niños. En España los niños y niñas que están en acogida con familias son el porcentaje más pequeño de la protección, la mayoría está en algún centro de acogida, porque faltan familias dispuestas a ayudar a estos menores.
La Asociación para la Promoción del Acogimiento Familiar en Andalucía (APRAF-A) es una entidad de Jaén que actúa como institución colaboradora de Integración Familiar de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía. Desde 2006 gestionan el Servicio de Apoyo al Acogimiento Familiar de Menores de Jaén a través de un concierto social, es decir que promueven y gestionan actuaciones de Acogimiento Familiar de niñas y niños en situación de desamparo. Actualmente atienden en la provincia de Jaén a 142 menores y 116 familias que dan una segunda oportunidad a estos niños y niñas.
Las funciones de APRAF-A son las siguientes: difusión y captación de futuras familias acogedoras; información y formación a las familias solicitantes de Acogimiento Familiar y de Adopción, la valoración de idoneidad de las mismas; preparación de la persona menor tanto para el Acogimiento Familiar como para la Guarda con Fines de Adopción y acoplamiento; y seguimiento y apoyo mientras dure la medida.
Cuando una niña o un niño necesita no puede continuar conviviendo con su familia de origen, la Justicia recoge un plazo máximo de dos años para resolver su situación, mientras tanto se trabajará con su familia origen para subsanar las causas de la separación si es posible, si no, se intenta buscar un miembro de su familia “extensa”, es decir unos abuelos, tíos o hermanos mayores que se puedan hacer cargo de él o ella y, si no es posible, se buscará una medida definitiva como la Adopción o el Acogimiento Familiar Permanente. Mientras tanto estos niños y niñas necesitan una familia que los integre en su hogar, bien sea mediante un Acogimiento de Urgenci y/o Temporal. En todos los casos, APRAF-A trabaja tanto con el niño, niña o el grupo de hermanos como con las personas que lo acogen.
Como se ha mencionado, existen varios tipos de familias de acogimiento: la de urgencia, la temporal y la permanente, según el tiempo que acogen al menor. Las de urgencia deben de estar dispuestos a acoger a un niño de entre 0 y 7 años por un periodo máximo de 6 meses, la temporal tiene una duración máxima de dos años y la de permanente tiene un carácter indefinido en el tiempo pudiendo la familia, en estos dos últimos casos, elegir el perfil de menor que se vea más capacitada para atender.
APRAF-A cuenta en la provincia de Jaén con bastantes familias dispuestas a acoger, pero no son suficientes, hacen falta muchas más dispuestas tanto a acoger a niños y niñas menores de 7 años como a mayores de esa edad. El reto de entidades como APRAF-A es que los niños no tengan que vivir en centros de acogida, que puedan vivir en familias, que sea algo natural.
La Asociación lucha por romper varios estereotipos. Uno de ellos es que los niños más mayores son más conflictivos porque vienen de casas de acogida y señalan que existe cierta confusión con respecto a los centros de menores, ya que se asocian a conflictividad. No es lo mismo un centro de protección, donde se encuentran niños y niñas en situación de desamparo, que un centro de internamiento de menores infractores.
Por su parte, Elena Sánchez, psicóloga de Apraf-A, explica en esta línea que las familias generalmente prefieren a niños más pequeños porque creen que son más moldeables, pero eso no depende tanto de la edad como de cada caso. De hecho, señala Sánchez, en la adolescencia se abre una segunda ventana de oportunidad en el cerebro permitiendo una nueva remodelación neuronal que favorece el desarrollo de la identidad. “Los niños, tengan la edad que tengan, necesitan la estabilidad emocional que les aporta la aceptación incondicional de una familia”, indica.
Otro tópico que existe en la sociedad es que los requisitos para ser familia acogedora son muchos y difíciles de cumplir. En primer lugar se pide que haya consenso en la familia, tanto en la pareja como si tienen hijos, para tomar la decisión de acoger a un menor.
El núcleo familiar debe ser estable, si es una pareja, que esté consolidada. En este sentido se puede postular para acoger una persona a nivel individual o una pareja con o sin hijos, sin importar si es heterosexual u homosexual.
En tercer lugar, una estabilidad económica para hacerse cargo de los gastos que conlleva un menor, lo que tampoco supone tener grandes ingresos.
Y, por último, ser conscientes de que los niños tienen su propia historia: “No se trata de borrar, sino de sumar, hay que tener respeto por la familia biológica y facilitar los contactos”, añade la psicóloga.
Elena Sánchez anima a las familias a plantearse el Acogimiento Familiar, señalando que los miedos surgen siempre hasta que llega el niño o la niña a casa. “Una vez que el menor está en el hogar de la familia, se rompen todos los miedos porque es ir adaptándose a la dinámica familiar y es una adaptación y un camino mutuo, los miedos se van desvaneciendo”, asegura.
Las personas o familias interesadas en ayudar a estos niños y estas niñas pueden ponerse en contacto con APRAF-A a través del teléfono 953 08 76 85, la web www.apraf.com o sus redes sociales.
APRAF-A
APRAF-A se creó en 2005 por parte de un grupo de profesionales con experiencia en la atención a la infancia y la adolescencia con la aspiración de mejorar la protección a la infancia a través de la promoción del Acogimiento Familiar. Al año siguiente, 2006, la entidad fue habilitada por la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social como ICIF (Institución Colaboradora de Integración Familiar), e iniciaron su actividad en la provincia de Jaén, teniendo el compromiso de encontrar familias que pudieran ofrecer su hogar a aquellos menores que por diversas circunstancias no pueden vivir con su familia biológica.
Actualmente, el servicio multidisciplinar de esta entidad lo prestan trabajadoras sociales, psicólogas, educadoras sociales.