Se dice que del cerdo se aprovecha todo hasta los andares y eso precisamente es lo que le pasa también a una de las principales fuentes de riqueza de esta tierra: el olivar. El uso del hueso de aceituna, entre otras aplicaciones, era conocido por su uso como biocombustibles para calderas, por ejemplo. Ahora, y gracias a un estudio de la Universidad de Córdoba, se ha descubierto que el hueso de aceituna mejora la eficiencia de los vehículos eléctricos en los que se usa como combustible.
Este grupo de investigación ha desarrollado sistemas que permiten alcanzar la triple autonomía de las baterías de litio, con lo que se rentabiliza y se saca provecho a un desecho del sector del olivar, tan presente en nuestra provincia. El carbono procedente de los huesos de aceituna aventaja en muchos aspectos al grafito, el material que se usa actualmente para fabricar las baterías de litio. La principal ventaja es que conduce mejor la electricidad, lo que permite aumentar la autonomía de los coches eléctricos: se pasaría de los 180 kilómetros de autonomía que se consiguen con las actuales baterías a lograr una autonomía de 500 kilómetros.
El objetivo es sustituir el grafito de las baterías de litio por un componente procedente del hueso de aceituna y triplicar la duración de la batería, además de ser un material de bajo coste que supone que las baterías se abaraten.