Es sábado. Amanece en Jaén. Un joven se calza sus zapatillas y se pertrecha contra el fresco mañanero para acudir, junto a su padre, a dar desayunos en el Centro de Día de Santa Clara, en la capital, en pleno casco antiguo. Allí acuden a diario casi medio centenar de personas en riesgo de exclusión, muchos de ellos inmigrantes, a asegurarse, al menos, una comida al día, un poco de calor y una buena dosis de humanidad.
Entre cafés y magdalenas trajina José Luis Munuera Montero, disfrutando así del poco tiempo que le permiten sus muchas obligaciones. Este jiennense es árbitro de Primera División y, lo más importante, una persona de primera. Compagina su labor como árbitro con su trabajo como Key-acount Manager (gestor de grandes cuentas) en una empresa del sector farmacéutico, en Grupo Alter.
Munuera Montero es un claro ejemplo de que con trabajo y perseverancia se consiguen los objetivos marcados. En la actualidad disfruta de uno de sus grandes sueños, arbitrar en Primera, donde debutó el pasado mes de agosto, después de tres temporadas en Segunda División. Su estreno tuvo como escenario la ciudad gallega de Vigo, con un Real Club Celta de Vigo contra el Club Deportivo Leganés. Pero antes de llegar hasta aquí, el único jiennense que tenemos en Primera, ha tenido que esforzarse mucho, muchísimo, y enarbolar como mantra principal el sacrificio.
La mañana del sábado va avanzando y con ella la temperatura. Munuera atiende a Orgullosos de Jaén bajo un agradable sol otoñal. Nos cuenta que desde muy pequeño era un auténtico apasionado del fútbol, jugaba de central en el equipo de su colegio, pero el equipo desapareció y dejó de jugar. Contaba entonces con 15 años. A partir de ahí comenzó su aventura en el arbitraje y fue entonces consciente de que ésta era su verdadera vocación. “El arbitraje es una escuela de vida. Siendo tan joven tienes que tomar decisiones, viajar mucho, tratar con los niños, con los padres…”, apunta. Así, ha estado 18 años arbitrando, hasta alcanzar un sueño. Un sueño que también conlleva muchos desvelos. No obstante, el árbitro es un jugador más en el campo de fútbol, pero con más exigencias. A los informes externos en cada partido se unen las pruebas teóricas y muy duras pruebas físicas (trimestrales). Para estar en Primera se debe ser de primera.
Munuera Montero, licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, cuenta también con el curso de director deportivo de la Federación Nacional de Fútbol. De hecho, hace hincapié en lo necesario que es estar formado. En este sentido se manifiesta al recomendar a los más jóvenes que, como él, persiguen este sueño, que no abandonen su objetivo, que desde Jaén es posible llegar a la primera plana del fútbol nacional. “Hay que prepararse muy bien tanto física como mentalmente y disfrutar del arbitraje que a buen seguro será una experiencia única e inigualable”, afirma el jiennense.
Munuera, que por motivos laborales fijó su residencia hace ocho años en Córdoba, pertenece al Colegio Andaluz de Árbitros. Asegura que su objetivo ahora es asentarse en esta categoría en la que acaba de aterrizar, disfrutarla y seguir dando lo mejor de sí mismo en el campo de fútbol y fuera de él. El jiennense afirma sentirse muy orgulloso de su familia, un pilar esencial del que ha aprendido los valores fundamentales de la vida. De diez hermanos, cuatro han arbitrado y dos de ellos lo siguen haciendo. “Criado en el seno de una familia tan numerosa hay cualidades que ya te vienen de serie. Es inevitable tener empatía, saber compartir, comprender y ser generoso”, afirma.
Uno de sus objetivos es también humanizar la figura del árbitro, hacer ver a la afición que son deportistas de alto nivel. No en vano, entrenan cinco de los siete días de la semana y tienen que superar marcas que no están al alcance de cualquier deportista, como los 2.000 metros de carrera a menos de 7 minutos y medio o 6 series de 40 metros en menos de 6 segundos. Los árbitros corren de media por partido entre 12 y 14 kilómetros, una distancia nada desdeñable. “Pero el esfuerzo tiene su recompensa”, apunta. Con el arbitraje como escuela de vida Munuera ha aprendido a sufrir, ilusionarse, crecerse ante la adversidad y soportar enormes niveles de presión.
En la actualidad forma equipo con un sevillano, Alfonso Baena y un cordobés, José Manuel Matías, que lleva 12 años en Primera. Componen un tridente bien avenido, con un “feeling” especial, que les ayuda a trabajar en sintonía y con el que, desde Orgullosos de Jaén, les deseamos muy buenos resultados en esta primera temporada.
Munuera es el ejemplo palpable del sueño de un niño que se convierte en realidad a base de mucho esfuerzo, de mucho sacrificio. José Luis Munuera, el árbitro de Jaén que ya brilla en Primera.