Un equipo de científicos de la Universidad de Jaén, en colaboración con las universidades de Lleida y Milán, ha detectado dos variantes de genes que protegen contra la infección por VIH, es decir, el virus de la inmunodeficiencia humana, causante del sida.
Los expertos han descubierto la resistencia innata que poseen ciertas personas muy expuestas al virus, que no desarrollan la enfermedad debido ese grupo de genes que lo inactivan. La identificación de estas secuencias genéticas servirá, según los expertos, como diana terapéutica, es decir, para el ensayo de nuevos tratamientos.
En el estudio, ‘Association of complement receptor 2 polymorphisms with innate resistance to HIV-1 infection’ publicado en la revista Genes and Immunity, los expertos han detectado que las variantes genéticas C4BPA y CR2 protegen contra la infección por VIH. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han analizado el genoma de individuos expuestos a prácticas de riesgo durante años, en concreto, heroinómanos, que no se han infectado a pesar de tener conductas de alto riesgo.
Los investigadores intentaban responder a la pregunta de qué protegía a estas personas de la enfermedad a pesar de exponerse durante años a prácticas de riesgo. Para ello, analizaron su genoma centrándose en un grupo de genes que consideraban relacionados a priori con el efecto protector. “Había datos que sugerían que contaban con una ruta genética de inmunidad innata, es decir, una batería de genes (denominados reguladores y receptores del complemento) que inactivaba el VIH”, precisa a la Fundación Descubre el responsable del proyecto Antonio Caruz, de la Unidad de Inmunogenética de la Universidad de Jaén.
El investigador explica que, aunque esa batería de genes es común a todos los genomas, hay personas que tienen una variante que funciona de forma distinta. “Eso es un polimorfismo, es decir, variantes de un mismo gen que determina aspectos como que los grupos sanguíneos o el color de los ojos difiera de un individuo a otro”, explica.
La novedad del estudio radica en la detección de ambas variantes de genes, que los investigadores han extraído del análisis del genoma de una muestra de 450 pacientes expuestos a VIH por vía sanguínea. “Hemos contado con uno de los mayores grupos de individuos expuestos no infectados del mundo gracias a la colaboración de los Hospitales de Valme (Sevilla) y Reina Sofía (Córdoba)”, matiza Caruz.